COMO EMPESÉ A CONVERTIRME EN UN AVEN PARTE 36

Miércoles 10 de agosto del 2005

Hoy es nuestro aniversario con Ángela y no se pudo hacer el viaje debido a que podía viajar pero a último momento le dijeron que recién iría al Salar de Uyuni la siguiente semana con otro grupo. Así que hoy almorzamos juntos y luego de ello ella quiso hacerme un regalo de cumpleaños, que me debía debido a que el día de mi cumpleaños estuvo de viaje.

Nos empezamos acariciar y cuando yo quise desnudarla, me dijo que debía besarla más que no debía ser tan apresurado, nos besamos y empecé a desnudar su cuerpo, sus tetas grandes surgieron y empecé a chuparlas y cuando estaba por ponerla de cuatro sobre la cama, ella me paro y me dijo que lo hiciera a su ritmo, entonces me hizo sentar en una silla y se clavo mi verga suavemente, mientras me decía que debía besarla más, que debía tener mas paciencia que era muy apresurado y que no debía hacer las cosas de manera tan automática que debía sentir lo que hacia. Mientras ella movía su culo sobre mi yo empecé de alguna manera a comprender lo que ella quería de mi, lo que le había gustado de Marcelo en cuanto a la manera en que el se la cogía. Después sentí rico, muy distinto al sexo automático que había estado haciendo hasta el momento.

Cuando terminamos de coger, sentía que otra vez ella se sentía cerca de mí. Ella me dijo que debía tener paciencia que sabia que me merecía todo de ella pero que le estaba costando volver a desearme, pero que aun me Amaba, que no debía presionarla, que esos celos descontrolados de ayer no debían repetirse. Luego me contó todo lo que había pasado ayer que con Marcelo, habían discutido, y me pregunto por las cosas que le dije a Marcelo que luego de que yo colgué el se metió debajo de las sabanas como un niño lastimado y que le decía…no me molestes Uds. son tal para cual. Yo pensé que ella estaba molesta por la manera en que había pelado con Marcelo pero ella me dijo que no, que le parecía bien todo lo que nos habíamos dicho ya que ambos teníamos cosas guardadas que deseábamos decirnos el uno al otro y que no lo habíamos hecho hasta ahora.

Nuevamente ella me pidió que debiera tener paciencia y no presionarla porque ella ya había decido apostar por mi y que eso no lo cambiaba nadie.