viernes, 23 de mayo de 2008

COMO EMPESÉ A CONVERTIRME EN UN AVEN PARTE IX

Lunes 23 de mayo del 2005.

El dia paso entre clases y toda la rutina de siempre. En la noche me quede a dormir con Ángela en su departamento, tengo que aclarar que ella hace un año vivía sola en un barrio muy alejado del centro de la ciudad, pero debido a los precios bajos de los alquileres de esta zona, accedió a vivir en dicho barrio. Recuerdo muy bien aquella vez que le ayude a buscar un departamento, yo fui el primero en ver el pequeño departamento y luego llevé a Ángela al lugar. El día de la firma del contrato del anticretico (anticretico, un tipo de alquiler que al parecer solo es legal en Bolivia. Consiste en prestar capital a cambió de un inmueble que puede ser un departamento o una casa e inclusive un cuarto, las personas que prestan este capital viven en el inmueble que queda en garantía hasta la fecha en que se devuelve el capital. Este momento no puede ser menor al tiempo que se estipula en un arreglo entre ambas partes y que queda señalado en un contrato. Debo contar que este tipo de contrato da para que ocurran muchos casos de fraude tanto por parte del dueño de casa, como de los anticresistas. Muchas veces ocurría que alguien daba en anticretico algo que en realidad no le pertenecía, después de recibir el dinero no se volvía saber más del supuesto dueño del inmueble. También se han dado casos en que los anticresistas a pesar de recibir su capital devuelta, a veces a base de trampas legales lograban quedarse con el inmueble a pesar de haber recibido su dinero) me pareció notar un actitud sospechosa en el dueño del departamento que Ángela iba a tomar, porque el señor solo quería firmar el contrato ante su abogado y no ante un notario público como eran las normas. El señor señalaba que sus anteriores inquilinos (anticresistas) nunca habían tenido ningún problema con él y que jamás había firmado un contrato de esa manera, que el interpretaba todo eso como una ofensa a su confianza y dejo a entrever que si queríamos el departamento hacíamos un contrato a su manera o sino no había nada. Yo argumenté sobre lo que era legal, correcto y deja que Ángela tuviera la última palabra. Ella opto por confiar en el señor Pechuco y firmaron el contrato. Meses después ella me reclamaría por los errores cometidos ese día pero eso lo contare en otro post.

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